Cómo influyen las ratas en el comportamiento de los peces de arrecife

Por: Jasmine Haskell

Editado por: Danielle Moloney

Traducido por: Diana Carolina Vergara

Revisado por: Matías Gomez 

¿Finalmente han tenido éxito Pinky y Cerebro en su plan de conquistar el mundo? Todavía no, pero las ratas invasoras originarias del sudeste asiático han diezmado exitosamente  la vida silvestre nativa en muchas islas de todo el mundo. De hecho, las ratas invasoras han sido señaladas como las causantes del colapso ecológico y humano de Rapa Nui (Isla de Pascua). Si bien esta teoría es aún ampliamente debatida, las invasiones de ratas en los últimos siglos han demostrado ser bastante perjudiciales, por lo que algunos países han iniciado programas de erradicación de ratas para ayudar a aliviar el problema y restaurar las poblaciones de especies nativas. Las islas tropicales son particularmente susceptibles al daño ecológico causado por las ratas, ya que muchas de estas islas tropicales tienen especies endémicas (especies que sólo se encuentran dentro de estas islas), y/o no tienen especies de mamíferos nativos, lo que permite que la población de ratas florezca en este nicho aparentemente sin explotar.

Durante cientos de años, los seres humanos han navegado por los océanos del mundo para explorar y comerciar, deteniéndose de puerto en puerto y, al hacerlo, sin darse cuenta, han traído consigo ratas polizonas en los cascos de barcos o canoas. Las ratas interfieren con su nuevo ecosistema al alterar las rutas de nutrientes y de polinización y al consumir una enorme cantidad de semillas de árboles, de aves y sus huevos. Es a través de la alteración de estos flujos de nutrientes, las rápidas tasas de reproducción, y sus apetitos voraces, que las ratas invasoras son muy posiblemente capaces de influir en el comportamiento de los peces de arrecife.

Una opción de menú altamente apetecida por estas ratas invasoras son las aves marinas y sus huevos. La densidad de aves marinas es casi 760 veces mayor en las islas libres de ratas en comparación con las islas infestadas de ratas. Las aves marinas son vectores críticos para el flujo de nutrientes ya que su guano (excrementos) contiene altos niveles de nitrógeno y otros nutrientes clave. Luego, estos nutrientes llegan al mar y son transportados a los arrecifes de coral cercanos, actuando como fertilizante natural. Este es un proceso crítico para estas islas de coral ya que estos arrecifes requieren nitrógeno, y éste actua como nutriente limitante en estos ecosistemas. Con la presencia de ratas, este ciclo se interrumpe a medida que las poblaciones de aves marinas disminuyen rápidamente.

Un estudio reciente de Gunn et al. (2023) compararon el comportamiento de un pez arrecifal, la damisela joya, alrededor de cinco islas infestadas de ratas con otras cinco islas libres de éstas en el archipiélago de Chagos en el Océano Índico. Las 10 islas de este estudio mostraron un impacto humano relativamente bajo, eliminando factores agravantes de las poblaciones de ratas. El pez damisela joya fue seleccionado para este estudio debido a su naturaleza territorial bien estudiada y su prevalencia en los arrecifes de coral. La investigación demostró que las damiselas joya que habitaban aguas cercanas a islas infestadas de ratas estaban menos interesados en proteger su fuente de alimento y patrullaban territorios más grandes que sus vecinos libres de ratas. Esto podría explicarse por la calidad de su fuente de alimento, las algas. Debido al reciclaje de nutrientes potenciado por las aves marinas en las islas libres de ratas, las algas que rodeaban las islas libres de ratas eran nutricionalmente enriquecidas y, por lo tanto, de mayor calidad, que las algas que rodeaban las islas infestadas de ratas. Por lo tanto, las damiselas joya eran menos agresivas con su fuente de alimento en las islas infestadas de ratas porque obtenían menos rendimiento nutricional por unidad de esfuerzo en busca de su alimento (en otras palabras, no valía la pena el esfuerzo).

Esto tiene varios efectos para las propias damiselas joya y para el ecosistema en general. A medida que su alimento se vuelve menos valioso desde el punto de vista nutricional en las islas infestadas de ratas, estos peces demuestran tasas de crecimiento más lentas en comparación con las que rodean las islas libres de ratas. Los parches de algas “cultivados” y custodiados celosamente por estos peces muestran tasas más altas de productividad primaria que aquellos que no están protegidos agresivamente. Esto podría tener implicaciones más amplias en lo que respecta a la eficiencia fotosintética de las algas y, por tanto, a la captura de carbono. También se ha demostrado que las agregaciones de damiselas joya influyen en el asentamiento de las larvas de coral, siendo el reclutamiento de corales juveniles menor dentro de dichas agregaciones”cultivadas” en comparación con el exterior de los parches protegidos. Dado que las damiselas joya protegen áreas más grandes debido al menor valor nutricional de su fuente de alimento junto a islas infestadas de ratas, esto podría afectar negativamente el asentamiento de las larvas de coral. La reducida agresión también influye en el comportamiento social de otras especies de peces de arrecifes de coral, ya sea reclutando o alentando a ciertas especies a cohabitar en la misma zona. Por ejemplo, se ha demostrado que el comportamiento de búsqueda de alimento del pez mariposa está fuertemente influenciado por la agresión del pez damisela. Además, se ha demostrado que la densidad de peces cirujanos alrededor del territorio de los damiselas tiene una correlación negativa. Esto no solo significa que la dominancia sobre una especie de pez sea “favorecida” sobre la otra, sino más bien que el comportamiento entre especies de peces está interconectado y es complejo, donde una alteración del comportamiento de una especie puede tener un efecto en otras.

Si bien el problema de las ratas invasoras persiste en muchas islas del mundo, los programas de erradicación exitosos han tenido un gran impacto. La isla Lord Howe es un ejemplo de ello. Antes del programa de erradicación de 2019, había aproximadamente 1000 ratas por cada persona en la isla. Las ratas habían provocado la extinción de cinco especies de aves, 13 de invertebrados y dos especies de plantas. Una vez erradicadas las ratas, las poblaciones de aves en peligro de extinción comenzaron a florecer, las especies aletargadas de plantas emergieron una vez más y el sonido de los grillos regresó a la isla. La persistencia contínua en la erradicación de ratas tiene el potencial de restablecer el equilibrio del ecosistema al reactivar las interacciones entre especies. Con efectos tan impactantes demostrados en las islas invadidas por ratas descritas en Gunn et al. (2023), la erradicación de ratas podría conducir a arrecifes más saludables. Con más investigaciones sobre el comportamiento animal y los procesos de los ecosistemas, es posible que descubramos efectos ecológicos aparentemente más extraños.

Imagen destacada: (Conservación Reefcause, https://conservation.reefcause.com/rats-alter-coral-reef-populations-the-chagos-islands-story/)

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